Para comenzar a cambiar es muy importante evitar definirte en términos de tus hábitos, características y tendencias actuales, por ejemplo SOY DESORDENADO.

Y la buena noticia es que los hábitos de la efectividad pueden ser aprendidos y los de la inefectividad pueden desaprenderse. Para ello es vital empezar a trabajar en tus “conversaciones privadas”.

Los hábitos de efectividad

pueden ser aprendidos

De hecho los hábitos que tenemos, son patrones de conducta, ya sean funcionales o disfuncionales, y que para generarlos o cambiarlos requieren de estas tres dimensiones: Conocimiento (Saber qué), Actitud (Querer) y Habilidad (saber cómo).

Al ser aprendidos y no heredados, pueden modificarse.

Dos Variables para comenzar

En primer lugar, es necesario que puedas reconocer las situaciones del día a día que te generan insatisfacción y que NO te permiten llegar al lugar donde deseas.

Llamaremos a esta primer variable Consciencia. Por ejemplo, darme cuenta que requiero liderar a mi equipo y no sólo controlarlo.

El otro aspecto, es tu grado de dominio o habilidades sobre las disciplinas, que te permitan superar esa situación. Llamaremos a esta segunda variable Competencia o Habilidad. Cómo hago para poder liderar a mi equipo?

De la interrelación de estas 2 variables, podemos establecer 4 fases del ciclo de cambio que bien manejados y en forma progresiva, vas a poder ampliar enormemente la capacidad de acción en tu equipo.

Fase 1

A la primera fase la llamaremos Ceguera, acá se combina el mínimo nivel de conciencia y de competencia.

En este estadio ni siquiera somos capaces de percibir un problema y por lo tanto tampoco podemos aportar soluciones.

Es el cuadrante de: No sé, qué no sé. Acá es cuando la mirada de otra persona, nos ayuda a reconocer y atravesar esta fase. Por ejemplo: sólo el 30% de mi equipo supera su objetivo y subvencionan a más del 40% no llegan ni a la mitad de su objetivo, pero JAMÁS me había dado cuenta de ello.

Fase 2

A la segunda fase la llamaremos Ignorancia. Aunque puede NO sonar del todo bien, la declaración de ignorancia representa un avance en la situación, porque nos hace conscientes de nuestra incompetencia y nos da la oportunidad de aprender a hacerlo.

Es preciso aprender a tolerar la incomodidad que nos genera este cuadrante para poder salir de él.

Es el cuadrante de: Sé, qué no sé. Por ejemplo: Ahora se que tengo ese problema y puedo NO saber cómo resolverlo.

Fase 3

Pero aún es indispensable agregarle mayor competencia o habilidad a este estado de conciencia y así pasar a la siguiente fase o cuadrante, que maximiza tanto la consciencia como la competencia y lo definimos como el cuadrante del Principiante: Sé, qué sé.

Es el cuadrante que requiere el mayor esfuerzo, para poder instalar y consolidar los nuevos hábitos.

Por ejemplo, al conocer la cantidad de colaboradores que no llegan a su objetivo, puedo pedir ayuda, puedo capacitarme y así accionar sobre mi equipo para revertir esta situación y cuando lo logro, ya aprendí a darme cuenta y a resolverlo.

Fase 4

La última fase del ciclo se alcanza con la competencia inconsciente o la Expertise. Es el cuadrante: No sé, qué sé.

Desarrollamos nuestros nuevos hábitos, sin necesidad de darnos cuenta que lo estamos haciendo.

Entonces, nuestra capacidad de aprendizaje queda libre para abarcar nuevos saberes y dar un salto en nuestro desarrollo profesional. Un ejemplo, sobre el mismo caso que veníamos analizando, es cuando, en forma automática, llevo un registro diario de la evolución de cada colaborador y su contribución al objetivo general.

Te desafío a que comentes: ¿Dónde crees que estás parado hoy en tu rol de líder?

El hecho de que este sea un proceso circular y no lineal, nos debe poner en alerta, ya que hay un riesgo grande si damos por finalizado el proceso en la fase 4, de adquisición de Expertise. Cuando lo haces, puedes caer en la llamada “incompetencia experta”, es cuando te confías en que algo lo sabes muy bien, pero se producen cambios en el contexto, ya que el mundo avanza, no te das cuenta y te quedas con tus saberes anteriores que ya no te alcanzan…

En la medida en que logres acelerar este ciclo de 4 fases, podrás alcanzar un nivel técnico superior y también mayor consciencia en el manejo de tu tiempo y principalmente de tus prioridades.

La mejora permanente y fluida se dará, entre otras cosas, si evitas dar por sentado que la manera actual de llevar tu agenda y de hacer lo que haces, aunque sea “buena”, es suficiente para alcanzar tus resultados.

Ya que muchas veces lo “bueno” es enemigo de lo “mejor”.

¿Qué te pareció el post? ¿Estás de acuerdo con lo planteado? ¿Te aporta? Deja tus comentarios para que conversemos…

¿Estás list@ para ser un líder inspirador?

Este entrenamiento es para tí